Este mes lo sentí muy tranquilo, llegó lentamente como si quiera dejarme respirar un poco. Y la verdad es que lo agradezco, necesitaba sentir la quietud, saborear el apacible sentimiento de la calma que invade mi cuerpo.
Llevo mi historia escrita en la piel y no tengo temor de releer alguna que otra página, donde alguna vez hubo tachones vergonzosos, donde use un punto o cuando espere demasiado en unos puntos suspensivos.
No me he rendido... solo estoy recuperando fuerzas, estoy descansando para alzar el vuelo.
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