Dispuesta a darme la dosis de amor propio todos los días, de disfrutarme la montaña rusa de la vida, porque estoy echa de ganas, de ilusión, de la risa que viene después de la caída; de todas las veces que me pinto los labios de rojo para seguir adelante reinventandome. Vivir es escribir tachar y reescribir hasta dar con el verso exacto.
Hogar es yo conmigo. Ahora empiezo a entender
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